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VIDA NUEVA EN  JESÚS

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CREER
en Jesús

Creo en lo que dijo Jesús sobre sí mismo y en el testimonio de los que conocieron.

Yo soy el camino, la verdad y la vida - le contestó Jesús - Nadie llega al Padre sino por mí. Juan 14:6

En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no han podido extinguirla. Juan 1:1-5

Creo que Jesús nos amó lo suficiente como para unirse a la humanidad, viviendo nuestra vida y muriendo nuestra muerte. Experimentó las consecuencias de los pecados del mundo -incluido el mío- en la cruz, y superó el pecado y la muerte resucitando.

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16

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RECIBIR
a Jesús

Confieso que necesito a Jesús. Me alejo de mis pecados y de mi vida apartada de Dios. Transfiero mi confianza de mí mismo a Jesús, poniendo mi vida en sus manos. Ahora, unido a Jesús, recibo el perdón, un corazón y una conciencia limpia, y una nueva vida en la familia de Dios que comienza hoy y continúa más allá de la muerte.

Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. 1 Juan 1:7-9

Pero, si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo. Él es el sacrificio por el perdón de [a] nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino por los de todo el mundo. 1 Juan 2:1-2

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ACEPTAR
mi nueva identidad en Jesús

Cada día, abrazo mi nueva identidad, a través de la fe en Jesús, como hijo o hija reconciliada de Dios. Ya no estoy solo; he "renacido" en la familia de Dios, que se extiende por todo el mundo y a través de las generaciones. Estoy "en Cristo."

Tenéis que nacer de nuevo. Juan 3:7

¡Fijaos qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llama hijos de Dios! 1 Juan 3:1

El Espíritu de Dios vive en mí y me asegura diariamente su amor y que le pertenezco. Tengo acceso a la paz, la alegría, el valor y el poder para una vida diferente. El Espíritu de Dios hace que Jesús sea real para mí, me consuela en mis luchas y me recuerda la verdad.

Y yo pediré al Padre, y os dará otro Consolador para que os acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero vosotros sí lo conocéis, porque vive con vosotros y estará en vosotros. No os voy a dejar huérfanos; volveré a vosotros. Juan 14:16-18

La paz os dejo; mi paz os doy. Yo no os la doy como la da el mundo. No os angustiéis ni os acobardéis. Juan 14: 27

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